100 años en Aqueronte

Israel Jiménez Medina

Lugar: Casa de los Coroneles, C. los Coroneles, 28, 35640 La Oliva, Fuerteventura.

Horario: de martes a sábado de 10:00 a 20:00 horas hasta el 5 de febrero de 2022.

100AA KBD una pintura de Israel Jímenez Medina

100AA KBD

2021
Óleo sobre lienzo.
33 x 24 cm.

una pintura de Israel Jímenez Medina

100AA DML

2021
Óleo sobre tabla.
33 x 24 cm.

una pintura de Israel Jímenez Medina

100AA PGS

2021
Óleo sobre lienzo.
33 x 24 cm.

una pintura de Israel Jímenez Medina

100AA SJH

2021
Óleo sobre lienzo.
33 x 24 cm.

una pintura de Israel Jímenez Medina

100AA AJM

2020
Óleo sobre lienzo.
33 x 24 cm.

una pintura de Israel Jímenez Medina

Perdidos I

2015
Óleo sobre lienzo.
60 x 60 cm.

una pintura de Israel Jímenez Medina

Las tres ofrendas

2020
Lápiz grafito.
100 x 70 cm.

A través de la historia las personas han practicado diferentes ritos funerarios. En la actualidad tales rituales se han simplificado a su máxima expresión. Hubo épocas en las que la ceremonia representaba un largo listado de costumbres, tradiciones y elementos. La cultura griega contaba con un extenso ritual funerario en el que cada paso contenía un significado. Uno de estos era el adorno con coronas, cintas y joyas. El más importante de ellos era la colocación de una o varias monedas (óbolos) en los ojos y en la boca del difunto, con las que pagar al barquero, Caronte, por su travesía en la laguna Aqueronte. Para la cultura griega, la muerte significaba el final de todo. Si se hacía un mal ritual, el alma quedaba atrapada para siempre en una eterna angustia, vagando por el mundo.  

En esta exhibición, Israel Jiménez hace uso de la mitología como guiño para hablar del poder y del valor que le damos a los objetos más allá de lo superficial. A veces algo tan simple puede tener una importancia muy elevada a nivel emocional, incluso más que el propio dinero. La intención del artista es “reflexionar sobre la osadía, coraje o audacia que hay que demostrar para que el barquero nos permita entrar en su barca y poder cruzar hacia el otro lado. El propósito es que esta sea una obra que nos vincule a la cultura en la cual vivimos: la objetual. Cada objeto nos cuenta una historia o modo personal que está por encima de cualquier precio y aferrándonos a él de manera incondicional. Y la cuestión en este caso es: ¿nos dejaría subir el barquero?”.