Esta exposición propone representar la ciudad de Arrecife como puerto, el puerto como hito histórico y el mar como enclave para renovar la perspectiva sobre los rincones urbanos de la capital. Su tejido urbano, ostensiblemente expuesto, su decadencia convertida en encanto y el escaso aprecio hacia su historia como puerto fundamentan este proyecto. Exposición co-comisariada entre la historiadora Elena Hernández, el artista plástico Darío Machín y la antropóloga Marianna Amorim.
La muestra revela y organiza la atmósfera de la ciudad, devolviendo a Arrecife el puerto como origen y concepto. No se busca embellecer formalmente el presente y su historia, sino lograr una conexión estructural de la futura isla con su memoria portuaria.
Con el uso de elementos de madera, piezas textiles, imágenes del archivo de la Memoria Digital de Lanzarote, textos históricos, una instalación de audio y algunas obras interactivas, se espera fomentar la recuperación de uno de los espacios públicos más notables en la historia de Arrecife y su patrimonio urbanístico-marino en el imaginario del público destinatario de la muestra.