«Harimaguadas» es el término con el que los aborígenes de Gran Canaria denominaban a una serie de mujeres que formaban parte de una institución socio religiosa antes de la conquista de la isla, siendo una figura muy respetada en el seno de la sociedad insular prehispánica. Los primero historiadores dejaron testimonio escrito de la institución de las harimaguadas o maguadas, relacionándolas con las monjas cristianas o vestales romanas.
En todas las culturas y sociedades que nos han precedido, por todas las representaciones artísticas de las que tenemos constancia y que nos han llegado hasta nuestros días, la mujer ha sido representada y se le ha atribuido el papel de nexo, vehículo, intermediación entre el mundo terrenal y el mundo divino/mágico/religioso, independientemente de las razas, culturas, religiones animistas, monoteístas, politeístas, etc. Las hechiceras, magas, brujas, sacerdotisas, santiguadoras, todas ellas han ejercido de nexo e intermediación entre lo terrenal y el más allá, ya sea desde una visión religiosa o simplemente científica, desde una visión creyente o no la mujer ha ejercido esa función.
En base a todo esto he tratado de plasmar en este proyecto todo lo que ha significado el papel de la mujer en el transcurso de estas épocas pasadas, en la construcción de una sociedad matriarcal en la que la mujer era respetada por su papel principal ya sea como intermediadora con lo divino como por su papel como engendradora de una comunidad/colectivo.
Horarios de la Casa-Museo Antonio Padrón
De martes a domingo: de 10:00 a 18:00 horas.