Fotografía de Michele Lupi Corradetti
Ana Lilia
Martín Rodríguez
Nombre y Apellidos: | Ana Lilia Martín Rodríguez |
Nacimiento: | La Palma, 1963 |
Categoría: | Escultora |
Formación: | Licenciada en Bellas Artes por la ULL en la especialidad de Escultura |
Colaboradora: Nira Cabrera
Fecha de la publicación: 11/11/2021
La trayectoria artística de nuestra invitada de hoy está marcada por la representación del cuerpo humano y, concretamente, del desnudo. Además, compagina la práctica escultórica con la labor docente en el campo de las Artes Plásticas y Diseño desde 1987. Tengo el placer de darle paso en nuestra mesa de tertulias a Ana Lilia Martín Rodríguez (La Palma, 1963).
Lo primero, bienvenida a nuestra pequeña tertulia. Tras la presentación inicial es el turno de las preguntas. Allá va la primera: ¿Cómo fueron tus inicios profesionales?
Hola, Nira. Gracias por invitarme. En realidad, no sabría decirte cómo surgió… De niña solía jugar a descubrir imágenes en las nubes. Miraba al cielo continuamente para ver cómo se iban transformando esas imágenes hasta que se desvanecían por la acción del viento; era como un lugar de encuentro diario que me hacía soñar e imaginar. Yo creo que aquel juego infantil despertó en mi mente el sentido de la observación, del movimiento y de la transformación.
Siempre estaba dibujando y supongo que la escultura llegó a mí cuando el dibujo me resultaba insuficiente para expresar lo que quería. Sigo dibujando casi todos los días, pero es en la escultura y, sobre todo, en la representación del cuerpo humano donde encuentro mi lugar. El cuerpo tiene historia, tiene memoria y tiene identidad. Por lo tanto, lo entiendo como un territorio que nos habla de lo que hemos sido, de lo que somos y también de cómo hemos ido construyendo nuestro lugar de morada. El ser humano está siempre sometido a un cambio continuo: cambios fisiológicos, cambios de comportamientos, cambios de hábitat (quizá sea eso lo que me atrae de él: su tremenda capacidad de transformación). Y en este sentido entiendo que también tiene la necesidad de cambio o crecimiento interno. Pienso que la mejor manera de conseguirlo es buscando refugio en ese lugar que llamamos cuerpo. Como experiencia artística, el cuerpo asume la función de espacio y del sentido del yo; como un lugar de donde extraigo recuerdos, vivencias y experiencias únicas y personales; como un lugar de experimentación infinito. Su representación me permite expresar intenciones y pensamientos. Es una experiencia directa, a veces un juego intuitivo, pero siempre es un aprendizaje vivencial que me hace tomar conciencia de lo que soy, de lo que hago y de lo que siento.
He sido consciente desde el principio de que he tomado un camino difícil por el hecho de no hacer lo que se “estila”, pero sinceramente es algo que nunca me ha preocupado. De mi obra se desprende un lenguaje que pretende colocar la figura humana en el centro de la experiencia. Pienso que toda obra debe ser construida con inteligencia para que genere interrogantes y creo que mientras el cuerpo y su representación sigan despertando en mí la capacidad de reflexionar y de sorprenderme, le seguiré siendo fiel.
¿En qué medida crees que ha marcado la insularidad tu desarrollo artístico?
Pienso que la insularidad condiciona a la hora de hacer la obra. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Todas y cada una de las cosas que forman parte del lugar van alimentando, de forma consciente o inconsciente, el lenguaje de quienes lo habitan. El que vive en una isla está habituado a ver llegar y marchar a la gente de sus costas. Eso hace que sientas la necesidad del “refugio”, de estar “al abrigo”, y pienso que en mi obra se traduce en esa especie de recogimiento, de silencios necesarios y de introspección que de alguna manera me ponen en disposición a una relación con lo infinito. El cuerpo humano es para mí un espacio de experimentación que interactúa con el medio y ese “aislamiento” que supone la insularidad intento compensarlo de alguna forma con un anhelo de búsqueda, y el cuerpo se convierte en ese territorio, en ese contenedor de incógnitas, que lejos de darme respuestas me plantea cada vez más interrogantes.
¿Cómo nace tu proceso creativo?
Yo entiendo la obra artística como el resultado de un cóctel donde se mezclan recuerdos, experiencias y vivencias personales, investigación, experimentación, fantasía e imaginación, intuición y oficio. Todo esto se tiene que agitar bien incorporando también dosis de sensibilidad e inteligencia. Pienso que esto es la descripción del proceso creativo. Todo acto creativo está encaminado a evocar sentimientos y sensaciones existenciales. En mi caso, la idea se materializa en el taller, entre el polvo y las herramientas. La clave creo que está en tener la capacidad de interiorizar lo exterior, de hacerlo único, original y eso es lo que marcará la personalidad de la creación artística. Se establece un vínculo muy umbilical y cuando la obra sale del taller pudiera parecer que se rompe, pero yo creo que jamás me desvinculo absolutamente de mi obra. La lectura final no la hago yo sino el espectador y es entonces, en ese momento, cuando doy por terminada la pieza; pero creo que nunca llego a desvincularme del todo de ella. La actividad artística conlleva un componente emocional conectado directamente con la inteligencia y con la creatividad. Esto nos permite ver el mundo que nos rodea bajo una perspectiva única, diferente, intensa y más estética.
El material es un componente vital en la comunicación y la expresión de mi obra. Yo tengo un acuerdo tácito con el material. Interacciono con él de forma reflexiva pero también intuitiva. Él me deja libertad para hacer con él lo que yo quiero, pero siempre que yo respete sus cualidades intrínsecas. De esta forma me permite extraer todo su potencial expresivo y comunicativo, y da lo mismo que se trate del material más noble o del más humilde. En mi proceso creativo la praxiología ocupa un lugar destacado. Soy de las que opinan que la obra se evidencia en el taller. El contacto con el taller es siempre informativo porque es ahí donde la materia empieza a tener alma y comienza el mágico proceso de su transformación, donde la materia comienza a ser habitada.
Pienso que en estos tiempos de la revolución tecnológica, la materialidad, más que nunca, se hace necesaria. Creo que hay que insistir en descubrir la poética de los materiales, en recuperar la dimensión sensorial y energética que tienen. En los naturales como una semilla o una rama erosionada, pero también en aquellos otros construidos por el ser humano y que han dejado de tener función, de ser útiles y los reutilizamos en la práctica artística. Me parece que en una situación medioambiental como la que estamos viviendo ahora, en la que los recursos se van agotando y se presenta un panorama tan crítico es esencial que por parte del artista se adquiera un compromiso fuerte tomando la iniciativa de incorporar a sus proyectos el tema de la sostenibilidad. Diría que debe ser un compromiso pero también una exigencia.
Además de a la creación te enfrentas a la formación. ¿Cómo vives esa experiencia de transmitir conocimientos?
Llevo ya treinta y cuatro años desarrollando la docencia, que es mi otra vocación, en el campo de la escultura. En estos años he visto cómo las artes visuales, la música, la poesía o el teatro han ido quedando miserablemente reducidas, cuando no se han eliminado, de los contenidos curriculares. Esto es algo que no puedo entender y que pone en evidencia la poca inteligencia de algunos responsables al abordar el tema de la enseñanza artística. La educación artística es una necesidad del ser humano precisamente porque desarrolla la inteligencia y ayuda a adquirir toda una serie de estructuras mentales y competencias que contribuyen al equilibrio de la naturaleza social del ser humano. Creo en el carácter catártico del arte y pienso que tiene una importante función educadora y liberadora dentro de la sociedad. A través de la adquisición y desarrollo de los aspectos socioemocionales básicos se contribuye al desarrollo personal, que hace de las personas seres sensibles, expectantes y sobre todo felices. Pienso que son los engranajes imprescindibles para que una sociedad se desarrolle en equilibrio. Educar a personas con conciencia es una responsabilidad que tenemos los que además nos dedicamos a la enseñanza artística. Y en ese compromiso sigo, intentando aportar mi granito de arena.
¿Cuál es tu opinión sobre el frenético ritmo de vida actual y el papel tan importante que juegan las redes sociales en la comunicación?
Creo que pasamos por un momento complicado. Un poeta sufí dijo algo así como que tal vez estemos buscando en las ramas aquello que solo se puede encontrar en las raíces. Y comparto esta reflexión. Pienso que la identidad de nuestros cuerpos se disuelve en el universo del ciberespacio. Rendimos pleitesía al nuevo Dios-Tecnología. Todo sucede con una velocidad pasmosa. La impaciencia y la inmediatez dictan nuestras acciones; estamos sujetos al constante entretenimiento y distracción; ponemos el empeño en el énfasis por conseguir el éxito a toda costa, en ser sumamente productivos; vivimos sometidos a una tiranía de la imagen y se diseñan los cuerpos a nuestro antojo aunque ello suponga ir en contra de lo que determina la biología; pasamos horas y horas recreando mundos paralelos, ficticios, enmascarándonos, detrás de una pantalla, y coleccionando likes y emoticonos de forma compulsiva. Todo se vuelve banal y superficial. La comunicación ha sufrido un cambio brutal con el avance tecnológico y creo que, paradójicamente, nunca el ser humano ha estado tan “incomunicado”. Hoy más que nunca, el ser humano es un funambulista, intentando mantener un delicado equilibrio. Estamos en todo pero no estamos en nada; todo esto nos impide llegar a ese lugar de silencio, libre de todo ese ruido cibernético, nos impide estar en disposición para establecer relación con nuestro interior.
Las nuevas tecnologías abren ante nosotros un mundo increíble, pero pienso que como todo, cuando no se usa de forma correcta ni en las dosis adecuadas provoca situaciones problemáticas. Las redes sociales son un medio y unas herramientas de comunicación fantásticos, pero el problema es saber hasta dónde llegan los límites. En mi opinión urge diseñar estrategias que estimulen la conciencia corporal y esto se consigue a través de la interacción humana y la introspección y tal como se están desarrollando las cosas, creo que se presenta como una labor ardua.
Ahora los artistas compiten contra personalidades y profesionales de todo tipo para conseguir visibilidad en estos medios, ¿crees que el trabajo colaborativo es una buena estrategia para que las voces de los artistas tengan más fuerza?
En mis últimos proyectos, no solo expositivos, ha habido colaboración no solo en la escultura sino también en otros ámbitos como en la literatura, la fotografía, la arquitectura, el teatro o la enseñanza, y han resultado experiencias muy gratificantes. Estoy abierta a las colaboraciones siempre que supongan un reto y que contribuyan al enriquecimiento profesional pero también personal.
No obstante, en una etapa histórica como la que vivimos, en la que todo evoluciona a una velocidad increíble, en la que la globalización es tan voraz que termina por envolverlo todo, y en la que cada vez se habla más de identidades colectivas y menos de identidades individuales, yo intento reafirmarme y mantener mi espacio. Un espacio que me permita construirme como individuo, en el que me convierta en objeto de reflexión, en el que pueda hacer mi discurso personal, y no es que no comparta lo de las identidades colectivas. Es una realidad y deben coexistir, interrelacionarse, necesitarse, pero creo que hay un desequilibrio y una priorización de estas últimas en detrimento de las individuales.
¿Cómo ves el panorama artístico del Archipiélago?
Pienso que hay una buena cantera. Y no me refiero solo de artistas plásticos, también se está trabajando bien en otras disciplinas como la literatura, el teatro, la moda, el cine… Es cierto que el tema de la pandemia ha trastocado todo y lógicamente también el ámbito artístico lo ha sufrido a nivel general. Pero el hecho de vivir en un archipiélago ya es un problema añadido con el que nos enfrentamos los artistas en Canarias a diferencia de los que desarrollan su actividad en el continente. No contamos con las mismas ventajas. La insularidad nos pasa factura y la visibilización en el exterior es muy difícil. Es cierto que existen programas para facilitar el traslado de obra al exterior, pero también es muy cierto que esta ayuda no llega a todos por igual, que es insuficiente, muchas veces cuestionable y que los presupuestos que se destinan a ello son ridículos. Creo que es un asunto que requiere una mayor atención y dedicación por parte de los responsables, aumentando los recursos y mejorando la gestión institucional.
Estamos creando una biblioteca de sugerencias para nuestros lectores, ¿qué libro no puede faltar en la estantería de Tertulia y Arte?
Aunque no se trate de literatura canaria, me gustaría citar tres libros que siempre tengo presentes y que en cierta manera guardan relación con lo que he venido comentando anteriormente: El elogio de la sombra, de Jun’ichiro Tanizaki, es un clásico del arte que pone en valor la sutileza que se desprende de la estética japonesa y lo hace a través del enigma de la sombra; los otros dos libros son Los ojos de la piel y La mano que piensa, de Juhani Pallasmaa, una argumentación sobre la percepción multisensorial y la vinculación que existe entre la mano y la inteligencia. Son textos con los que me siento identificada y cuyas lecturas me resultas muy interesantes, esclarecedoras y muy oportunas para el momento que vivimos.
Ya conocemos parte de tu pasado y de tu presente. Es el turno de una pregunta que no es fácil de contestar: ¿Cómo proyectas o visualizas tu futuro?
Realmente no tengo una visión de cómo será mi futuro. Si acaso, de un futuro a corto plazo en el que se vislumbran algunos proyectos. Procuro vivir el momento y creo que lo hago con la misma ilusión de tiempo atrás. Pero si tuviera que describirte el escenario de un futuro día cualquiera, te diría que me veo metida en mi taller, entre las herramientas y las esculturas, con las manos en la masa, trabajando y escudriñando en el interior de las cosas que me rodean.
La artística, como cualquier carrera profesional, además de formación y talento, requiere de apoyos para poder desarrollarse. Nos gustaría saber quiénes han sido tus apoyos tanto personales como profesionales.
El trabajo que he realizado durante todo este tiempo ha requerido mucho esfuerzo por mi parte, pero también muchas dosis de comprensión por parte de los que me rodean. Y ha sido posible porque a mi alrededor ha existido siempre gente que de una forma u otra ha sido protagonista, aún sin saberlo, de mi historia; gente que durante mi formación, a través de sus palabras y actos hizo que en mí germinara el interés por el arte y la escultura; gente que en su aprendizaje, como mi alumnado, sin saberlo me enseña algo nuevo todos los días; gente que ha creído y colaborado de forma desinteresada en mis proyectos y que me ha aportado muchísimo a nivel profesional; gente cercana y familiar que, aunque en ocasiones no entienden esta dedicación obstinada que tengo con la escultura, la respetan aún sabiendo que es tiempo que le he robado. Me considero una mujer afortunada por estar rodeada y apoyada de toda esta gente. Sería injusta si diera nombres, porque estoy segura de que me dejaría algunos en el tintero y no me lo perdonaría.
Para despedirnos solo nos queda darte las gracias por dedicarnos este ratito. Gracias por dejarnos descubrir todo el trabajo que esconden tus obras y mucho ánimo con tus próximos proyectos. Hasta la próxima tertulia.
Gracias a ti, Nira.
Currículum
Exposiciones individuales
2020
- El cuerpo infinito. Sala de Arte Bronzo, San Cristóbal de La Laguna.
2017
- Neomorfologismos (II) . Sala S/t Espacio Cultural, Las Palmas de Gran Canaria
2015
- Misceláneo . Círculo de Bellas Artes. Santa Cruz de Tenerife.
2014
- Arquitectónica y poéticas del cuerpo. Retrospectiva (1983 – 2014). Centro Cultural Guía de Isora, Tenerife
- Ética del gesto. Galería Magda Lázaro, Santa Cruz de Tenerife
Para más información sobre esta artista visiten: analiliamartin.com