El cuerpo infinito

Ana Lilia Martín Rodríguez

Ataditas obra de Ana Lilia Martín

Serie Ataditas

2019
Gres, madera, vegetal y plástico.
Medidas variables.

Ser cordón umbilical,
ser atadura, próxima a romperse,
a pesar de los días.
               
Cecilia Domínguez Luis

 

Llegará la primera flor obra de Ana Lilia Martín

Llegará la primera flor

2019
Pasta de arcilla y papel, vidrio, vegetal y plástico.
38 x 9,5 x 10cm y 44 x 12 x 14 cm.

Abrázame para sentirnos bosque.
Iluminar al otro no es aplastar su sombra
sino reconocer la nuestra.

 

 Roberto Toledo Palliser
La mirada fértil obra de Ana Lilia Martín

La mirada fértil

2019
Gres, DM, madera, metal y textil.
233 x 70 x 70 cm.

Tengo el color del lirio
y sueño contigo.
Tal vez un día
me convierta en flor.

 Cecilia Domínguez Luis
Sentirse árbol una obra de Ana Lilia Martín

Sentirse árbol

2019
Gres, DM y vegetal.
256 x 131 x 121 cm.

ARPA
Fue el latido de mi corazón, el fluir sonoro de mi río púrpura, lo que ahuyentó a los pájaros y silenció los arpegios de tu árbol-arpa.
Tu cabello arbóreo me habla de vientos con quienes partieron las hojas y las pequeñas bayas, tan dulces como la miel de azahar.

Félix Hormiga
Raíces encarnadas una obra de Ana Lilia Martín

Raíces encarnadas

2019
Arcilla, DM y vegetal.
171 x 37 x 24 cm.

Mira el aire y acércate a mi pecho.
¿No ves cómo la luz jugando con la tarde
pronuncia  primaveras y estamos en otoño?

 

Roberto Toledo Palliser
Ovillada una obra de Ana Lilia Martín

Ovillada

2019
Resina y fibra de madera.
46 x 21 x 26 cm.

VOLAR PALABRAS

Ovilladas, las mujeres atadas fabrican sueños de libertad. Deslizan sus labios plenos de palabras por el aire denso de un pretérito que se obstina en ser eterno presente. Los labios, miríadas de aves que con sus acrobacias trazan portulanos desde donde surcar hacia un nuevo destino.

 

 Félix Hormiga
 La semilla una obra de Ana Lilia Martín

La semilla

2019
Resina de poliéster, madera, caliza y plástico.
44 x 13 x 13 cm.

La mujer florece.
Su vientre avisa de la eclosión primera
y ella sueña con lunas henchidas.

 

Cecilia Domínguez Luis
El cuerpo que somos una obra de Ana Lilia Martín

El cuerpo que somos

2018
Resina y vaina.
25,5 x 39 x 17 cm.

¿Cuántas veces no deseamos ser un cuerpo sin sexo, o mejor dicho, un sexo sin cuerpo que delimite el canto de este vuelo?

 

Roberto Toledo Palliser
El silencio de los recuerdosuna obra de Ana Lilia Martín

El silencio de los recuerdos

2019
Arcilla, DM, y silicona.
154 x 22 x 26 cm.

NACER
Un destello, un brote fresco que traspasa la mente y coloniza el aire más allá del pensamiento, sin que se atisbe dolor, y sí el placer de nacer. Las estaciones se han congregado en concilio secreto, pues aún hay seres atados, a los que se les impide florecer. En la atmósfera, Stravinski asperja su consagración de la primavera y presenta batalla a la arborescente estación otoñal de tallos desnudos y quemados por el tiempo, que se ha vuelto a su mansión floral.

 

Félix Hormiga
El cuerpo transitorio una obra de Ana Lilia Martín

El cuerpo transitorio

2019
Pasta de arcilla y papel, vidrio y semillas.
33,5 x 14 x 14 cm.

De un sueño a otro vivir entre los días,
abrir las manos y concederle a todo la libertad del tiempo,
la justa soledad que nos hermana con un viento sagrado.

 

Roberto Toledo Palliser
Resurge lo bello, a pesar de todo una escultura de Ana Lilia Martín

Resurge lo bello, a pesar de todo

2019
Gres y textil.
176 x 45 x 18 cm.

Este cuerpo de flores y su belleza.
El dolor es una luz durísima
que arrodilla el tiempo
para liberar el alma o su exterminio.

 

Roberto Toledo Palliser
Mis raíces una escultura de Ana Lilia Martín

Mis raíces

2019
Gres y vegetal.
200 x 44 x 23 cm.

Lo que ves no es más que un reflejo en la mirada. Si cierras los ojos y me tocas sentirás mi vuelo subterráneo, los cantos silenciosos que me convierten en bosque.

 

Roberto Toledo Palliser
Híbrido una escultura de Ana Lilia Martín

Híbrido

2020
Resina acrílica y material vegetal.
66 x 21 x 50 cm.

 

HACIA LA LUZ
La mujer desatada se despierta y desde su sueño brota la vara que ha de florecer y habitar con luz todas las oscuras estancias de la Tierra. 
Todo está dispuesto, como si Inanna, diosa sumeria de la sexualidad y la guerra, levantara su báculo de juncos, en extremo alto curvados, y diera a los humanos la capacidad de hibridarse con todo cuanto se enraíza en la tierra y coloniza el aire de flores y espinas, estableciendo un clima sensorial sin límites.

 

Félix Hormiga
Serie La casa cónica una obre de Ana Lilia Martín

Serie La casa cónica

2019
Gres, madera y plástico.
Medidas variables.

He aquí mis flores.
Nada pudo el invierno
y se dejó dormir
en mi vientre.

 

Cecilia Domínguez Luis

Pensar el cuerpo es pensar el mundo

Le Breton

 

El impulso de modelar el cuerpo procede de mi necesidad de buscar nuevos horizontes, nuevos encuentros y, en cierta manera, hacer explícitos los deseos. Y sucede exactamente lo mismo con los pensamientos que corren paralelos a la obra plástica y que se traducen en breves y rápidos apuntes de taller. Aquí, en este universo mío, el cuerpo se revela ante su cosificación y deshumanización y reivindica ser una entidad holísticamente constituida. El cuerpo se muestra como un agente de transformación, un cuerpo híbrido que  hace perceptible la experiencia sensorial. Un discurso que aborda  la condición humana, conceptos de vida y muerte, la vulnerabilidad del ser humano frente a la naturaleza que resurge una y otra vez, a pesar de todo, y la recreación de esta dualidad en un nuevo cuerpo eterno e infinito.

En este proyecto la escultura y la literatura van cogidas de la mano. El cuerpo se recrea, se conquista con la musicalidad y el ritmo que Cecilia Domínguez Luis, Félix Hormiga y Roberto Toledo Palliser han regalado con la singularidad de sus palabras y de sus  envolventes poemas. También Raúl Santana, escondido tras su cámara, ha captado en estos nuevos cuerpos híbridos, palpados y modelados, la fuerza niveladora y viva de la naturaleza. A ellos agradezco enormemente su desinteresada colaboración y su forma de sentir y pensar el cuerpo.

Ana Lilia Martín Rodríguez