José Luis

Correa

Nombre y Apellidos: José Luis Correa
Nacimiento: Las Palmas de Gran Canaria, 1962
Categoría: Narrativa y poesía
Formación: Profesor de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

Colaboradora: Casandra González

Fecha de la publicación: 26/04/2021

Hoy tenemos una cita con José Luis Correa (Las Palmas de Gran Canaria, 1962). Profesor de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y escritor, sus comienzos están relacionados con el relato, algunos de los cuales tuvieron la fortuna de obtener diferentes premios y muchos fueron publicados por la editorial Interseptem. Asimismo, sus posteriores obras también le permitieron seguir cosechando premios como, por ejemplo, el Premio Benito Pérez Armas (S. C. de Tenerife, 2000). Ahora bien, se podría considerar que la aportación más significativa de este escritor al panorama literario español tiene que ver con la creación de un personaje que ya forma parte del imaginario de la novela criminal moderna: el detective Ricardo Blanco.

Tras esta breve presentación, y para comenzar con la ronda de preguntas, damos una calurosa bienvenida a nuestra pequeña tertulia a José Luis Correa. Comenzamos con la primera: ¿Cómo fueron tus inicios como escritor?

Yo empecé escribiendo poesía, en mis años escolares y universitarios, aunque pronto abandoné este género porque me imponía respeto. Sentía que no lograba captar lo que quería expresar y que me repetía. Curiosamente, en los últimos tiempos he vuelto a ella y me he sentido mejor. Y en cuanto a la narrativa, me inicié con los cuentos. Comencé a escribirlos para mis estudiantes de Secundaria y poco a poco se convirtió en una manera de entender el mundo. Los cuentos dieron paso a la novela y en ello estoy ahora.

Respecto a la manera de entender el mundo, ¿cómo y en qué momento nace tu proceso creativo? Es decir, ¿qué es lo que te impulsa a escribir, a crear? ¿Por qué?

Me impulsa la necesidad de comprender, la urgencia de respuestas. Creo que cada novela es una gran pregunta que uno se hace y que necesita ser respondida. Uno escribe no sobre lo que conoce sino, precisamente, sobre lo que quiere entender. Y el proceso creativo nace de cualquier detalle que te desconcierta y llama tu atención: una noticia en el periódico, una película o un libro que cae en tus manos, una persona especial que conoces, un recuerdo de infancia.

Sobre escribir a raíz de lo que se quiere entender, ¿en qué medida ha marcado la insularidad tu hacer literario?

Todas mis novelas transcurren en las Islas, especialmente en Gran Canaria. Y Las Palmas de Gran Canaria es un personaje central en ellas. Hasta ese punto marca la insularidad. Siempre he defendido el valor del acento y del paisaje. Somos una mezcla de ambas cosas, algo que se reconoce en cualquier artista (pintoras, músicos, arquitectas, cineastas). El ritmo de mis relatos, la socarronería, el lenguaje… Todo está relacionado con la insularidad.

En esa mezcla de acento y paisaje que podemos reconocer en cualquier artista, ¿con qué autor/a re gustaría colaborar, hoy por hoy, si tuvieras la oportunidad?

Siempre he creído que este oficio es solitario e individual. Uno se enfrenta solo ante el folio en blanco, ante una historia y unos personajes que solo caben, en principio, en tu cabeza. Admiro a aquellos que escriben a cuatro manos. Creo que me resultaría muy complicado trabajar de esa manera. Sin embargo, podría colaborar con autores de mi quinta como Elvira Lindo o Javier Cercas, por poner un ejemplo.

¿Qué opinas sobre el frenético ritmo de vida actual y el papel tan importante que juegan las redes sociales en la comunicación? ¿Y en relación con la literatura?

Curiosamente, mi última novela, Las dos Amelias, trata de eso: de la vorágine de las redes, del ruido, de la soledad. Un mundo, como dice el bolero, extraño y tan lleno de mentiras, de poses. A mí me pilla ya talludito, pero reflexiono mucho sobre todo esto porque soy padre y profesor. En relación con la literatura, nos encontramos con escritores que nunca han leído un libro. Y en relación con la lectura, lo que tenemos en una generación de lectores de imágenes, más que de palabras. Los jóvenes ahora leen series de televisión, crean historias en los videojuegos, siguen a los youtubers. Es un lenguaje diferente, distinto al literario y exige otra disposición. Para mí el problema está en la calma. Para leer necesitas silencio, calma y concentración. Y tengo la sensación de que, con la celeridad con la que se vive en las redes, a los nuevos lectores les falta algo de sosiego para disfrutar de la lectura.

Fotografía de José Luis Correa

En la actualidad, en este mundo lleno de mentiras y de poses como indicas, las personalidades que se dedican al mundo literario se ven abocadas a competir con otras de diversos ámbitos para conseguir una mayor visibilidad en estos medios. ¿Crees que el trabajo colaborativo es una buena estrategia para reforzar todas las voces?

No es una cuestión que me preocupe ni que me plantee. En cierto modo, como ya he dicho, yo escribo para entenderme un poco más a mí mismo y al mundo que me rodea. Escribo por la necesidad de responder a las muchas dudas que tengo. No tengo tiempo para buscar visibilidad en las redes. Soy profesor de universidad y escritor (el orden de los factores no altera el producto), y el poco tiempo que me queda después de eso lo dedico a mi vida personal, que es muy rica y muy exigente. Es más simple: si me paso el día promocionándome en las redes, no podría dedicarme a escribir, que es lo que de verdad me gusta.

¿Cómo ves el panorama literario en Canarias?

Siempre he dicho que estamos en un momento excepcional en cuanto a la producción literaria en las Islas. Han venido a juntarse varias generaciones de escritores y escritoras (desde los maestros de la generación de los setenta hasta los jóvenes que despuntan ahora) en una época en que se necesita gente que cuente nuestra historia, que hable por nosotros. ¿Todos somos geniales? No. Sin duda. Pero la cantidad debería abocarnos a una calidad que ya se está notando. Ahora lo que necesitamos es un corpus crítico que analice la literatura y separe el trigo de la paja, que destaque aquellas voces que merecen ser destacadas. Ya lo decía Borges: “el tiempo es el mejor antólogo”.

Estamos creando una colección de arte para nuestros lectores. ¿Qué obra artística canaria no puede faltar en la colección de Tertulia y Arte? ¿Por qué?

Es una pregunta trampa. Me resultaría difícil destacar entre tantos grandes artistas. Óscar Domínguez, César Manrique, Juan Ismael, Lola Massieu, Martín Chirino, Mercedes Pinto y tantos grandes que me dejo. Es imposible responder en unas líneas. ¿Y por qué? Por eso. Porque son muchos y muy grandes.

La carrera literaria, como cualquier carrera profesional, además de cierta formación o preparación y maestría, también requiere ciertos apoyospara alzar el vuelo. Nos gustaría saber quiénes te han apoyado o cuáles han sido tus apoyos tanto personales como profesionales a lo largo de tu trayectoria literaria.

 

En el espacio de agradecimientos también me faltaría espacio para responder. Desde la familia y los amigos hasta mis editores (en especial, las de Alba), todos me han apoyado para que yo llegara aquí. Pero, sobre todo, creo que el mejor apoyo ha sido siempre el de los lectores. Uno no es nada sin los lectores y las lectoras. Antes hablaba de que no me preocupaba demasiado el mundo virtual. Y es cierto. Sin embargo, vivimos en ese mundo y tenemos la suerte de recibir de un modo inmediato la respuesta de quienes nos leen. Una señora que te para por la calle porque te reconoce. Otro que te escribe un correo para comentar una novela tuya. Un grupo de estudiantes de un instituto con quienes compartes una velada literaria. Un club de lectura que te invita a compartir una tarde. Todo eso es lo que te sirve de apoyo a la hora de seguir contando historias.

En cuanto a seguir contando historias, ¿cómo proyectas o visualizas tu futuro?

No pienso demasiado en el futuro. Me quedan unos años de docencia, que es algo que me sigue apasionando. Y, cuando me toque la hora de jubilarme, creo que me ocuparé más de vivir que de escribir. La literatura ha sido parte esencial de mi vida, ha estado ligada a los momentos más importantes de mi vida, pero no es mi vida. Mi vida es mucho más que la literatura, así que mi futuro estará más cerca de mi familia, de jugar al dominó con mis amigos, de ver crecer a mi hijo y de vivir que de otra cosa.

Finalmente, y para despedirnos, solo nos queda darte las gracias por dedicarnos este ratito. Ha sido un placer descubrir un poco más de ti y de tu hacer literario. Te deseamos mucha suerte en tus futuros proyectos. Hasta la próxima tertulia.

Para mí también ha sido un placer. Suerte y ventura para Tertulia y Arte.

Currículum

Últimas publicaciones

2018

  • Escena de terraza con suicida, Ediciones La Palma

2017

  • La hija del náufrago. El último viaje del Alfonso XII (reeditada con el título de La décima caja por CanariaseBook)

2014

  • El Tanatorio, ATTK Editores

2011

  • Murmullo de hojarasca, Editorial Aguere

Premios

Premio Vargas Llosa, Murcia, 2002

Premio Ciudad de Telde, 2001

Premio Benito Pérez Armas, Santa Cruz de Tenerife, 2000