Fotografía de David Morales Falcón.

Lidia Esther

Díaz Gil

Nombre y Apellidos: Lidia Esther Díaz Gil
Nacimiento: Arrecife, Lanzarote, 1972
Categoría: Fotografía y docencia artes visuales
Formación: Licenciada en Bellas Artes y Experta en Contextos del Arte Contemporáneo por la Universidad de Barcelona

Colaboradora: Nira Cabrera
Fecha de la publicación: 24/06/2021

A los quince años, nuestra invitada de hoy, recibió su primera cámara fotográfica y comenzó a introducirse en la magia y el misterio del cuarto oscuro. Tras terminar sus estudios en la Universidad de Barcelona, trabajó como estampadora en el Taller Línea colaborando en la edición de obra gráfica de autores como Joan Hernández Pijuan, José Manuel Broto, Susana Solano, etc., que abandonó para viajar, conocer mundo y seguir estudiando estudios de posgrado. Finalmente, encontró su vocación en la docencia y la investigación. Actualmente, imparte clases de Proyectos Fotográficos y Teoría de la Fotografía en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Gran Canaria.

Tengo el placer de compartir nuestra mesa de tertulia con Lidia Esther Díaz Gil (Arrecife, Lanzarote,1972). Con un pie en lo analógico y otro en lo digital, así se podría definir la práctica fotográfica y artística de esta autora. Se desliza entre el cuidado y la lentitud de los procesos artesanales, el amor a los materiales y la versatilidad y agilidad del mundo digital. Con la mirada puesta en lo cotidiano, cuestiones como la identidad, la degradación del medio ambiente y el patrimonio centran sus preocupaciones discursivas.

Gardens. Del proyecto «San Juan Nigth Tour»

Lo primero, bienvenida a nuestra pequeña tertulia. Tras la presentación inicial es el turno de las preguntas. Allá va la primera: ¿Cómo fueron tus inicios profesionales en la fotografía?

Desde niña tuve curiosidad e interés por el arte, lo que me llevó a estudiar fotografía durante mi adolescencia y matricularme en Bellas Artes. El primer ciclo de la carrera lo hice en la Universidad de Granada y terminé especializándome en grabado en la Universidad de Barcelona. Mi primer contacto profesional con el mundo del arte fue trabajando como estampadora en el Círculo de Grabado Línea, en Lanzarote. Pero mi profesionalización definitiva vino dada desde el mundo de la docencia. Desde 2004 trabajo como profesora de fotografía artística. Durante cinco años impartí docencia en la Escuela de Arte Miguel Marmolejo de Melilla y desde 2009 lo hago en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Gran Canaria. 

Sin embargo, se puede decir que mi andadura como artista visual está empezando ahora. Aunque nunca he dejado de producir obras plásticas, he pasado gran parte de mi vida deambulando de un sitio a otro. Dos años aquí, cuatro años allá, ese nomadismo autoimpuesto no me permitía trabajar en proyectos que implicasen producir y mover obra material. Una mudanza es una aventura casi épica. Es a partir de 2011, al regresar a las Islas y establecer mi residencia definitiva en Las Palmas, cuando esta estabilidad vital me ha permitido trabajar en proyectos de larga duración con una intención discursiva clara y tiempo para reflexionar. 

¿En qué medida ha marcado la insularidad tu desarrollo artístico?

Creo que la insularidad influye en la mirada, en la forma de observar el mundo que nos rodea. El hecho de vivir aislados en un territorio pequeño y limitado potencia que prestemos más atención a los microcosmos que acontecen a nuestro alrededor, pero también que estemos más receptivos y abiertos a lo que nos llega de fuera. Los canarios vivimos en un lugar de paso, donde confluyen muchas identidades distintas, un espacio fronterizo entre Europa, América y África. Las fronteras permiten a sus habitantes colocarse en un lugar que posibilita la visión del otro en perspectiva. En consecuencia, nuestra identidad se construye a partir de la mezcla de diversos puntos de vista, en relación dinámica y en constante negociación con lo que nos viene de los otros y eso siempre es enriquecedor.

No obstante, mi generación sí se ha encontrado con limitaciones a la hora de acceder a ciertos recursos culturales y materiales por lo costoso que era viajar fuera de las Islas, mover obra o conseguir ciertos materiales especializados. Afortunadamente, esas limitaciones hoy en día son menos significativas gracias a internet y a las redes sociales. El mundo del arte se ha transformado gracias a esta revolución. Aunque es indudable que vivir en ciudades como Madrid o Barcelona facilita establecer contactos con los medios y profesionales de promoción de la cultura, ahora es mucho más fácil producir arte desde la periferia y eso se nota en cómo se enfrentan las nuevas generaciones a la actividad creativa. Están mucho mejor preparadas y ya no cargan con ese complejo de inferioridad que arrastrábamos hace unas décadas. 

¿Cómo nace tu proceso creativo?

Mi proceso creativo surge siempre a través de la observación de lo que me rodea. Cuando me intereso por algún tema, lo alimento a través de la investigación, realizo lecturas, me intereso por el trabajo de otros autores y comienzo a explorar los motivos visualmente. Cuando tengo más o menos claras estas ideas iniciales, me pongo a experimentar con los materiales hasta que encuentro un camino con el que me siento a gusto; entonces dejo que el trabajo fluya hasta que se va materializando en distintas piezas. Disfruto muchísimo del proceso. No me gusta empezar y acabar, necesito tiempo y sosiego para reflexionar, para dejar que maduren las ideas y para recrearme en los procedimientos prácticos.

Además de a la creación, te enfrentas a la formación. ¿Cómo vives esa experiencia de transmitir conocimientos?

La enseñanza es para mí una pasión. Enseñar fotografía artística en una escuela de arte te obliga a estar en constante formación. Es una oportunidad para seguir aprendiendo y creciendo tanto en lo personal como en lo profesional. Debes estar dispuesta y preparada para adaptarte y dar respuesta a los cambios que se suceden tanto en el propio ámbito educativo como en el mercado laboral, profesional y tecnológico de la fotografía. Además, debes estar al tanto de las nuevas tendencias y conceptos que condicionan las prácticas artísticas contemporáneas. No puedes quedarte obsoleto, porque el alumnado necesita que le guíes y le muestres los caminos que necesita recorrer para desarrollar su potencial creativo y profesional. Hay que apoyarse en el pasado para explicar el presente, pero siempre enmarcando la actividad creativa en el contexto actual. 

Por otro lado, es un privilegio poder compartir con otros lo que me apasiona. Resulta muy gratificante acompañar a los alumnos en su proceso creativo. Propiciar y compartir sus descubrimientos, abrir caminos para la reflexión y la crítica, ayudarles a encauzar y materializar sus proyectos. Ellos se nutren de ti, pero tú también te enriqueces con ellos.

¿Hay algún o alguna artista con el/la que te gustaría colaborar actualmente?

Me encantaría realizar proyectos artísticos en colaboración con muchos de mis exalumnos para compartir de nuevo el proceso creativo con ellos, pero desde una posición más horizontal. Si la pregunta es con qué artista actual siento más afinidad, me fascina el trabajo de Luis González Palma y el de David Jiménez. 

¿Cuál es tu opinión sobre el frenético ritmo de vida actual y el papel tan importante que juegan las redes sociales en la comunicación?

Como casi todas las cosas, las TIC y las redes sociales tienen una parte negativa y otra positiva. En cuanto a la parte negativa, es un tema que me preocupa bastante y sobre el que llevo investigando y reflexionando desde hace años. Hace casi dos décadas que trabajo en contacto con jóvenes creadores y en este tiempo he sido testigo de la transformación del medio fotográfico, de los nuevos usos de la imagen y de cómo estos condicionan nuestra percepción de la realidad. Me he dado cuenta de que las nuevas generaciones tienen una aproximación al mundo la fotografía completamente distinto al de mi generación. La pantalla prima y limita la aprensión y comprensión de la realidad como señala Jorge Fernández Gonzalo en Redsistencias. Fotografías, fakes y disidencias mediáticas (2021): «Todo objeto o acontecimiento corre el riesgo de ser fotografiable, de poder ser registrado, hasta el punto de que el archivo del mundo se impone al mundo mismo». Ahora la gente que hace fotografías tiende a reproducir los temas y estéticas que circulan por la red. Ya no buscan descubrir mediante la exploración fotográfica nuevas maneras de ver el mundo, sino encontrar aquellas imágenes que se amoldan al imaginario mediático ya existente. Una gran parte del nuevo alumnado, cuando llega a la escuela, tiene Instagram como única referencia fotográfica, así que primero deben liberarse de estos estereotipos visuales para aprender a ver por sus propios ojos y encontrar desde ahí un lenguaje personal.

Otra cuestión es la de la inmediatez, que puede ser una ventaja para muchos aspectos prácticos del trabajo, pero que impone unos ritmos tan acelerados que dificultan los procesos de reflexión tan necesarios para el proceso creativo y para poder comprender las propuestas artísticas contemporáneas. Aquí me remito al gran filósofo Byun Chul-Han cuando dice en La sociedad del cansancio (2019) que debemos «acostumbrar al ojo a mirar con calma y con paciencia, a dejar que se acerquen las cosas, es decir, educar el ojo para una profunda y contemplativa atención, para una mirada larga y pausada». El arte actual exige discurso y posicionamiento ideológico y esto es difícil de conseguir si nos dejamos llevar por el frenesí informativo y por la banalización con el que muchas veces se abordan los temas desde los medios. 

En cuanto a la parte positiva, hoy los creadores tienen más autonomía y más control sobre la difusión de su trabajo. Internet y las redes son un medio extraordinario a la hora de establecer relaciones y contactos con otros creadores. Nos permite acceder a una gran cantidad de información de manera rápida y gratuita, pero hay que utilizarlo adecuadamente, con espíritu crítico para no ser presas de la desinformación maliciosa. Otra cosa a tener en cuenta sobre las redes es que cada usuario produce los contenidos que le dan forma y razón a la propia red de forma gratuita. Es decir, el rendimiento económico del trabajo se lo llevan otros y así no se puede ejercer una profesión. Hay que tener claro cuáles son los límites que debes marcarte y cuáles son los beneficios que puedes obtener. 

Ahora los artistas compiten contra personalidades y profesionales de todo tipo para conseguir visibilidad en estos medios, ¿crees que el trabajo colaborativo es una buena estrategia para que las voces de los artistas tengan más fuerza?

El trabajo colaborativo es esencial, es una herramienta fundamental para enfrentarse a las exigencias y la precariedad del mercado laboral de la industria cultural. Creo que las dinámicas de trabajo colaborativo en la creación artística, sobre todo si son interdisciplinares, pueden ser muy provechosas. La combinación de distintos enfoques puede abrir vías de exploración y aproximación al trabajo creativo diferentes, no sujetas a los límites disciplinarios y convencionales con los que los autores cargan cuando parten desde una práctica individual muy concreta. Las propuestas más interesantes e innovadoras en el pasado siglo, y en lo que va de este, han surgido como resultado de la mezcla de géneros. Además, el hecho de contrastar puntos de vista, aprender a negociar con el otro y ser capaz de ceder protagonismo en favor de un objetivo común manifiesta el espíritu que de verdad puede hacernos avanzar en sentido positivo.

Pero como tú muy bien has señalado en el planteamiento de la pregunta, hay que tener cuidado y ser crítico a la hora de elegir y establecer esos acuerdos de colaboración. Esta tendencia a la ficcionalización, es decir, al «postureo» típico de las redes, propicia que exista mucho intrusismo profesional y confusión en el sector.  Hacer «fotazas» para difundir en tu Instagram y tener tropecientos mil seguidores no te convierte en profesional y mucho menos en artista. El trabajo profesional requiere un conocimiento más amplio de los productos y medios  de difusión de la cultura.

¿Cómo ves el panorama artístico del Archipiélago?

Creo que es muy rico y diverso, pero poco conocido por el gran público. Y no creo que sea porque las instituciones culturales canarias no estén haciendo un esfuerzo por dar espacio en las salas a los artistas locales. Pero igual deberían propiciar más su proyección en el exterior y en los medios de comunicación, sobre todo debe incentivarse la producción y hacerlo no solo en el sentido visual o material de las obras, sino también con relación a la investigación y el pensamiento. Creo que los responsables políticos en muchas ocasiones frenan propuestas muy interesantes e innovadoras, porque no saben comprenderlas. En general, faltan espacios y laboratorios de creación.

Creo que en el actual panorama artístico, que incluye el movimiento de los artistas y la comunicación digital, se han disuelto en cierta manera los límites entre lo local y lo global, creando flujos de comunicación por los que transita el imaginario simbólico. Los artistas a veces deben modificar la esencia estructural de sus obras para que un público heterogéneo pueda interpretarlas. Esto complica la interpretación del mensaje cultural inserto en sus trabajos. En este contexto, la traducción se vuelve una necesidad. Y pensando acerca de la actividad de los traductores, esos seres de frontera, la posición de los artistas e intelectuales canarios como traductores culturales tricontinentales hace de nuestra tierra un lugar privilegiado para pensar el “medio” por el que transitan y entran en relación múltiples imaginarios de diversas procedencias. Esto habría que saber aprovecharlo para hacer de Canarias no solo un lugar de atractivo turístico de sol y playa, sino también cultural. 

San Juan panoramic view at nigth. Del proyecto «San Juan Nigth Tour» (durante su exposición en la «I Feria de Arte Actual LPGC» 2021).

Estamos creando una biblioteca de sugerencias para nuestros lectores, ¿qué libro no puede faltar en la estantería de Tertulia y Arte?

Pues más que aludir a un autor concreto, voy a recomendar un proyecto editorial canario muy interesante. Se trata de Ediciones Remotas, una editorial de Lanzarote que edita libros de arquitectura, fotografía y literatura canaria. 

Ya conocemos parte de tu pasado y de tu presente. Es el turno de una pregunta que no es fácil de contestar: ¿Cómo proyectas o visualizas tu futuro?

Me planteo seguir ejerciendo una docencia comprometida con mis alumnos y realizando mis proyectos artísticos. También me gustaría publicar un ensayo divulgativo sobre lenguaje, lectura e interpretación de la fotografía contemporánea que estoy escribiendo.

La artística, como cualquier carrera profesional, además de formación y talento, requiere de apoyos para poder desarrollarse. Nos gustaría saber quiénes han sido tus apoyos tanto personales como profesionales.

Mi madre ha sido un gran apoyo e inspiración. Siempre me dejó decidir por mí misma, a pesar de que ella no entendía ni sentía especial interés por las artes plásticas. En esta etapa de mi vida tengo que agradecer el soporte logístico de mi compañero, que  me  cubre para que yo pueda escaparme unas horas al taller. Y, por supuesto, a mis compañeros y amigos, muchos de los cuales comparten mis intereses y con los que siempre puedo contar para intercambiar reflexiones, consejos, etc.

Para despedirnos solo nos queda darte las gracias por dedicarnos este ratito. Gracias por dejarnos descubrir todo el trabajo que esconden tus obras y mucho ánimo con tus próximos proyectos.

A ustedes y sus lectores por permitirme participar de este lugar de encuentro.

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