Óscar

Delmar

Nombre y Apellidos: Óscar Delmar
Nacimiento: Santa Cruz de Tenerife,1981
Categoría: Artista visual
Formación: Licenciatura en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona

 

Colaboradora: Nira Cabrera
Fecha de la publicación: 03/06/2021

La obra de nuestro artista de hoy nace de la reflexión y plantea preguntas que quizás más que respuestas, nos termina generando más preguntas. En ocasiones enfrenta lo humano y lo divino, la ciencia y lo sagrado, la física, lo místico, lo banal… Tengo el placer de darle paso a Óscar Delmar (Santa Cruz de Tenerife,1981).

Lo primero, bienvenido a nuestra pequeña tertulia. Tras la presentación inicial es el turno de las preguntas. Allá va la primera: ¿Cómo fueron tus inicios profesionales?

De casualidad. Yo quería ser diseñador gráfico. De hecho, ha sido el trabajo que ha pagado las facturas durante muchos años, pero ya en su momento, cuando tenía que entregar el proyecto final de carrera de la especialidad de Diseño Gráfico en la Facultad de Bellas Artes en Barcelona, me di cuenta que algo fallaba y así se lo hice saber al profesor que me lo tutorizaba.

El trabajo de diseño nace normalmente de la demanda de un “cliente X” y como diseñador interpretas y canalizas de la mejor manera esa comunicación visual. La mayoría de las veces estás supeditado a las necesidades que tienen otras personas (está muy bien y el diseño tiene manifestaciones de gran belleza estética, práctica y funcional), pero es algo que puede restringir mucho una creación más artística, ya que no todos los diseñadores trabajan en Lo Siento Studio.

Así que en paralelo empecé a interesarme por otros campos. El arte urbano fue de los primeros. Con ello participé en varios festivales de arte urbano por diferentes ciudades de Europa, produciéndose una evolución natural que me llevó hasta la ilustración artística y comercial. Precisamente, esos trabajos de ilustración llamaron la atención de muchas revistas y páginas especializadas, además de galerías de arte de diferentes países como EE.UU., Reino Unido o Sudáfrica.

Un cambio fundamental en este periodo fue el traslado a una antigua nave industrial de Barcelona que funcionaba como estudio compartido con artistas que empezaban a tener ya una trayectoria y que acabó siendo algo determinante. Fue realmente ahí, y no en la Facultad, donde comprendí que el arte es otra de las formas que tenemos los humanos para intentar entender o traducir la realidad. Las charlas mientras trabajábamos en nuestras obras, los debates, poder ver la forma de trabajar y pensar de mis compañeros acabaron afectando a mi trabajo y a mi compromiso con el arte y la vida. 

Al poco tiempo llegó la propuesta para una primera exposición individual en una galería de Barcelona para artistas emergentes, Ikara Gallery, hoy desaparecida. Desde entonces, mi obra sigue evolucionando constantemente y mutando, adaptándose a la realidad circundante y necesidades personales. Es un ente vivo en sí misma.

¿En qué medida ha marcado la insularidad tu desarrollo artístico?

La insularidad como artista es algo nuevo para mí. Al llevar casi la mitad de mi vida fuera de Canarias no he experimentado esta circunstancia hasta ahora, pero creo que la insularidad puede ser algo más determinante si sucede cuando te estás “formando” o “madurando” como artista. Vivir en Canarias tiene cosas muy positivas, pero también varios inconvenientes al no estar en contacto directo con la vorágine artística que se vive en la mayoría de las grandes ciudades de Europa. La facilidad para entablar relación y compartir experiencias con artistas residentes y que están de paso en cualquiera de ellas con las influencias que puede eso tener en tu obra, tu manera de pensar o el entorno artístico del lugar.

Aquí eso lo viviremos siempre a una escala muy reducida. Aunque internet ha democratizado mucho el acceso al arte, el contacto directo, las experiencias personales y las relaciones interpersonales que en esos ámbitos se suceden, no pueden ser reemplazadas.

A pesar de ello decidí volver a Canarias, porque sentía que era el momento después de tantos años en el bullicio de grandes ciudades. Necesitaba reencontrarme con la naturaleza y con un ritmo de vida más “pausado”, más reflexivo.

¿Cómo nace tu proceso creativo?

Esta es una pregunta complicada. Entiendo el arte como uno de los medios para entender, comprender y explicar la realidad, equiparable a la función que en ese sentido hace la ciencia o la filosofía y que, por lo tanto, requiere análisis, experimentación, observación y reflexión.

Bajo esta premisa fundamental se inicia un proceso que, en ocasiones, podría parecer anárquico, ya que se nutre de varios ingredientes principales, y donde cosas tan triviales como el estado de ánimo puede hacer que uno de ellos prevalezca frente a los otros.

El tiempo es uno de estos ingredientes, sobre todo al inicio de los proyectos. Necesito sentir que dispongo de tiempo para divagar, tiempo que perder, tiempo para reflexionar, analizar, equivocarme, volver a equivocarme, corregir, tachar y reescribir mis pensamientos o trabajo y destruir parte del mismo (han habido épocas en las que la tasa de destrucción de mi obra es bastante alta).

Caminar sería otro aspecto fundamental. Ya en Berlín me hacía cada día 12 kilómetros diarios de ida y vuelta caminando para ir al estudio. Me ayudaba a pensar y a que la mente divagara y reflexionara. En Canarias, hago kilómetros recorriendo senderos y barrancos continuamente. Aquí puedo adentrarme más fácilmente en la naturaleza, alejándome de todo el ruido que generamos en nuestro día a día.

Me he dado cuenta de que cuando te adentras en la naturaleza, la mente debe acostumbrarse al lugar (este proceso normalmente se prolonga varios días). Hay como un periodo inicial de sobreexcitación o alerta en el que nos fijamos en el camino a recorrer y los detalles que nos ayudan a orientarnos. Por ello, puedes recorrer una, dos y hasta nueve veces un lugar y no será hasta la décima vez cuando te des cuenta de que todo ese tiempo ha habido algo semienterrado en la tierra u oculto entre las plantas o rocas. La mente va conociendo el lugar, familiarizándose con el entorno, haciéndolo suyo, y una vez que está en calma te empieza a abrir los ojos a cómo ese entorno se comunica entre sí y cómo las especies que lo habitan se mueven y relacionan. 

Hay que cultivar la paciencia para obtener un aprendizaje y eso es algo que con el ritmo de vida que tenemos casi nos han extirpado.

Todo ese caminar no es gratuito, sino que trae consigo una continua observación, análisis y experimentación con el entorno que va generando nuevas preguntas, nuevas respuestas, nuevas hipótesis y nuevas teorías que voy escribiendo en un cuaderno en el cual se van generando nuevas reflexiones, nuevas obras, piezas, dibujos, instalaciones, futuros proyectos, etc., cuyos catalizadores son siempre la realidad y el entorno observado.

Decía Alexander Von Humboldt que en la naturaleza todo estaba conectado en un delicado equilibrio y, precisamente, una de las cosas que más puedo apreciar es cómo estamos alterando abusivamente ese delicado equilibrio. Pensamos que la naturaleza está a nuestro servicio, que somos libres de poder hacer con ella lo que queramos, porque nadie tiene derecho a decirnos qué hacer o cómo pensar. ¡Somos seres libres! Y por eso podemos destruirlo todo sin mirar atrás.

Y la documentación y lectura referentes a los temas de interés sería otro de los aportes fundamentales al proceso creativo. Ahora mismo sigo con varias lecturas sobre física cuántica y el universo a las que he añadido otras sobre la compresión de la naturaleza que habitamos y cómo nos relacionamos con ella. La lectura es algo que alimenta mucho la mente. Esta divaga más libremente generando nuevas ideas y formas de traducir esas ideas plásticamente. 

¿Y dónde está el pintar o dibujar, el crear las piezas o instalaciones, el trabajar en el estudio? Pues al final de todo ese proceso cuando me siento en el estudio a realizar una obra y la tengo bastante construida en la cabeza y escrita, esquematizada y abocetada en el cuaderno, me dispongo a intentar traducirla en ese “objeto” tangible que podríamos denominar obra de arte. Son ya más de veinte años trabajando, equivocándome, destruyendo obras, experimentando con materiales y técnicas (y seguiré haciéndolo siempre), y todo ese proceso te va dando las herramientas para ejecutar de una manera más concreta aquello que tienes en la mente. De algo tenía que servir tanta frustración por tantas obras destruidas.

¿Hay algún o alguna artista con el/la que te gustaría colaborar actualmente?

Estaría abierto a propuestas interesantes. No tengo nadie en mente ahora mismo, principalmente, porque para colaborar deben coincidir varios factores entre ambas personas.

Quizás, en estos momentos de mi vida, también me resultaría muy gratificante colaborar con instituciones científicas, instituciones relacionadas con la astronomía o, incluso, la naturaleza.

Por cuestiones de urgente realidad, la naturaleza y la continua degradación a la que la sometemos son un tema que tengo muy presente y cercano ahora mismo; pero también la física cuántica y el universo en general es un tema que me apasiona y que suele ser en mayor o menor medida siempre el hilo conductor de mi obra.

¿Cuál es tu opinión sobre el frenético ritmo de vida actual y el papel tan importante que juegan las redes sociales en la comunicación?

Es indudable que se han acabado convirtiendo en una herramienta fundamental para que tu obra llegue a un público más amplio sin atender a limitaciones locales o fronteras físicas. Permite de igual manera que surjan proyectos o colaboraciones que de otra manera podrían ser complicadas. 

También, ahora que no vivo en Berlín o en Barcelona, algunas redes sociales resultan útiles para tener una idea de lo que sigue pasando en esas ciudades (en cierto modo), principalmente, porque conozco a esos contactos, galerías o instituciones y ya sé cómo se desenvuelven en su día a día. Tengo un contexto más real entre comillas.

A nivel de usuario o como herramienta de “autopromoción” si no hay un autocontrol y crítica detrás, puede llevarnos a banalizar nuestra propia obra, ya sea por alimentar continuamente al monstruo de los likes o que esos mismos likes nos hagan pensar que la obra correcta es aquella que recibe más apreciaciones o más “me gusta”. Vivimos en la sociedad de la inmediatez y del positivismo idiota en la que equivocarse esta penalizado y, precisamente, el error es una de las cosas más importantes y valiosas al crear. Pero, sinceramente, cada vez me da más pereza estar pendiente de las redes sociales y se me olvida hasta darles de comer.

Ahora los artistas compiten contra personalidades y profesionales de todo tipo para conseguir visibilidad en estos medios, ¿crees que el trabajo colaborativo es una buena estrategia para que las voces de los artistas tengan más fuerza?

Sí, tiene una cierta lógica pensar de esta manera si pensamos solo en la visibilidad en esos medios. La fuerza del grupo tendrá un mayor alcance y visualización, llegará a más gente. Pero ¿es eso a lo que tenemos que aspirar? ¿Es lo que queremos? Decir: “¡Hola! Estamos aquí”.

En estas últimas décadas se ha acrecentado la exaltación de la individualidad. Circunstancias como el capitalismo han inculcado la idea de que el individuo debe crearse como una empresa, promocionarse y trabajar como tal para llegar hasta el éxito personal y profesional (los cuales siempre están ligados según esta misma idea). Lo menciono porque son conceptos que nos han hecho interiorizar el individualismo y es algo que dificulta la existencia de grupos cohesionados que imitan los antiguos movimientos artísticos que tanto peso tuvieron cultural y socialmente. Hoy, quizás, podemos aspirar a colaboraciones ligadas a nexos comunes circunstanciales o puntuales, pero es poco probable que estas aguanten el peso de los años y si es lo que queremos, pues sí, podemos hacer actos colectivos que llamen la atención en Instagram. Pero, personalmente, creo que deberíamos comprometernos con proyectos a largo plazo, proyectos encaminados a cambiar mentalidades y conciencias.

Ha sido el aniversario de César Manrique y da tristeza ver como la corrupción, el cemento y el turismo se lo siguen comiendo todo. Podríamos tener una fuerza como artistas gracias a su legado que nos convierta en un referente mundial en la protección de nuestras islas y la naturaleza como artistas y como individuos. Pero creo que estamos todos muy ocupados con nuestros proyectos personales, buscando como asomar la cabeza y destacar para tener una mínima oportunidad en este mundo de los mejores sobre los mejores, lo cual supongo que también es legítimo.

¿Cómo ves el panorama artístico del Archipiélago?

Durante muchos años desconecté completamente, pero ya en mis últimos años en Barcelona empecé a volver la mirada hacia Canarias. Debido a una cierta añoranza, supongo, empecé a indagar qué galerías e instituciones había en las Islas y, posteriormente, ya viviendo en Berlín, y con la idea clara en mente de volver a Canarias, intensifiqué mucho esa búsqueda, sobre todo el arte que se estaba haciendo en las Islas y sus artistas. He ido descubriendo el maravilloso trabajo de muy buenos artistas: Acaymo S. Cuesta, Luna Bengoechea, Nicolás Laiz, Alicia Pardilla, Lía Ateca, PSJM, Laura Mesa, Saskia Rodríguez, Yapci Ramos y muchos otros. 

Canarias no tendría que preocuparse por el nivel del arte que se produce, más bien tendrían que preocuparse los artistas por la mierda y retrógrada apuesta cultural y casi nulo apoyo institucional en muchos ámbitos que se realizan en Canarias. Por algún motivo que aún desconozco (y es una apreciación personal), percibo que en la provincia de Las Palmas hay una mayor madurez y apuesta por el arte contemporáneo, apoyo a la carrera de los artistas y la cultura en general, lo cual resulta hasta grotesco teniendo la Facultad de Bellas Artes y la apuesta por el TEA en la provincia de Santa Cruz de Tenerife (sin olvidar los centros TEA, esos a los que acuden obispos a esparcir agua bendita para inaugurarlos y “bendecirlos”. Todo muy contemporáneo).

Estamos creando una biblioteca de sugerencias para nuestros lectores, ¿qué libro no puede faltar en la estantería de Tertulia y Arte?

Voy a salirme del tiesto en este caso y voy a sugerir un libro que no es habitual entre mis lecturas, pero que me encantó por su frescura y por mostrar la «canariedad» desde una forma que yo no había visto.

Un día, Lía Ateca, la pintora de Gran Canaria, compartió una página de un libro que estaba leyendo y me llamó mucho la atención, porque estaba escrito de una forma muy peculiar, como si lo hubiera escrito una niña o adolescente y prácticamente sin respetar la ortografía. Me dijo que se llamaba Panza de burro, de la escritora Andrea Abreu. Simplemente, me encantó. Fue una lectura muy inesperada.

Ya conocemos parte de tu pasado y de tu presente. Ahora es el turno de una pregunta que no es fácil de contestar: ¿Cómo proyectas o visualizas tu futuro?

Tenía unas ganas horribles de volver a Berlín y quería hacerlo para la semana del Gallery Weekend de finales de abril, pero tal y como están las cosas con la pandemia y los viajes, va a ser que no. Futuro en stand by. En estos momentos solo hay presente y día a día.

Todo lo demás con respecto al futuro es circunstancial y una futurización infundada. Mi anterior proyecto Materia Oscura ha evolucionado hacia una más severa observación, preocupación e investigación del paisaje y entorno que me rodea. Crecí y vuelvo a vivir ahora en un entorno de aspecto árido, inerte e incluso grotesco para algunas personas. En Canarias conocemos esta zona de vegetación como zona baja o tabaibal-cardonal, pero muchas personas solo ven en ella un secarral sin vida, motivo por el cual se creen con autoridad para despreciarlo y maltratarlo y usarlo en su beneficio sin reparo alguno. He pasado muchas horas, días y meses caminando por ese entorno bajo el sol. Principalmente, donde he encontrado mucha vida, una vida frágil y diminuta en muchos casos, pero que cumple una función esencial para el conjunto de la vegetación de las islas. 

Y por el camino también he encontrado mucha basura de volúmenes muy diversos: plásticos, degradación del suelo y la flora por actividades ilegales, turismo invasivo no regulado que daña el entorno, extracción de áridos ilegales, deposición de áridos, etc.

No sé aún a dónde me llevará este proyecto. De momento, van tomando forma diferentes obras que tienen como eje común una abstracta o conceptual idea de lo que nosotros podemos llamar “paisaje”.

La artística, como cualquier carrera profesional, además de formación y talento, requiere de apoyos para poder desarrollarse. Nos gustaría saber quiénes han sido tus apoyos tanto personales como profesionales.

Personales: la familia. Gracias a ellos pude estudiar Bellas Artes y me soltaron al monte a que me buscase la vida, pero también me apoyaron si en algún momento las cosas se complicaron demasiado.

Y a nivel más profesional, el primero sería el pintor Pedro Paricio. Fuimos compañeros de piso, vida y problemas durante mucho tiempo y me ayudó mucho cuando empezaba y posteriormente; luego Hun Deok Lee, quien tenía una pequeña galería de arte en Barcelona en la que realicé mi primera exposición, y gracias a él salieron muchos más proyectos y colaboraciones con muchos artistas en los años siguientes; y también incluiría a Acaymo S. Cuesta, porque al volver a Canarias me hizo sentir acogido en la comunidad de artistas de las Islas (sin saber muy bien de dónde saca tiempo para tantas cosas).

Para despedirnos solo nos queda darte las gracias por dedicarnos este ratito. Gracias por dejarnos descubrir todo el trabajo que esconden tus obras y mucho ánimo con tus próximos proyectos.

Muchas gracias por el apoyo y por el interés en mi trabajo. Lo siento si he divagado demasiado respondiendo, he intentado contenerme. ¡Muchísima suerte también con este nuevo proyecto!

Currículum

Exposiciones individuales

2018

  • Aberraciones y materia oscura. Bienal de Arte Eve-Maria Zimmermann (BACOS), Tenerife

2016

  • Diseño y dirección de Workshop Big Draw. Museo Picasso Barcelona

2012

  • Animal in me. Galería Ikara, Barcelona

Exposiciones colectivas

2019

  • Equivalencia II. S/t Espacio Cultural, Las Palmas de Gran Canaria

2016

  • Cyan/Anthracite. Affenfaust Galerie, Hamburgo, Alemania

2014

  • Gallery Akaro. Room Art Fair, Madrid
  • This is not a love song. DAX Gallery, Los Ángeles, EE.UU.
  • We are all in. Slowtrack, Madrid

Para más información sobre este artista visiten: oscardelmar.com

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